Hoy no seguimos embudos. Seguimos impulsos.
Vivimos en modo 4S: Streaming, Scrolling, Searching y Shopping. La gente te ve en un reel, te busca en Google, te ignora en Instagram y compra por una reseña en YouTube. O al revés.
Por eso, sí: tienes que estar en todos lados. Pero no para empujar al cliente paso a paso, sino para aparecer donde su atención ya está. Ya no es un caminito, es una red de puntos.
El reto no es construir un embudo. Es tejer una experiencia que conecte.

¿Por qué el embudo ya no basta?
El embudo de marketing nació en una era de medios masivos, donde el consumidor tenía un camino relativamente lineal. Hoy ese viaje es un caos de pantallas, decisiones impulsivas y conversaciones fragmentadas. El consumidor digital no espera ser guiado. Se mueve libremente entre canales y plataformas, buscando lo que necesita sin seguir una ruta fija.
“Hoy el consumidor no viaja en línea recta. Salta, explora, descarta y decide... en segundos.”
1. Streaming: contenido que fluye… y persuade
Streaming ya no es solo Netflix. Hoy incluye YouTube, TikTok Live, Twitch, podcasts y también CTV (Connected TV).
También se han sumado plataformas como Amazon Prime Video, Netflix (con anuncios), Mercado Libre Play y Spotify Ads, donde el contenido se mezcla con oportunidades de compra e interacción.
El 80% de los consumidores interactúan con múltiples canales antes de tomar una decisión de compra, pero menos del 20% de las marcas lo miden correctamente.
El desajuste entre cómo se compra y cómo se mide puede estar costando millones.
2. Scrolling: el zapping de la atención
Scrolling es lo que todos hacemos en Instagram, Facebook, TikTok o Pinterest. Entramos solo “a ver qué hay” y, sin planearlo, terminamos enganchados con algo que nos atrapó visual o emocionalmente.
Un contenido diseñado con intención puede cambiar una impresión pasiva en un clic decisivo.

3. Searching: el usuario curioso y exigente
Buscar ya no es solo Google. También es preguntar a ChatGPT, usar Google Lens, dictar con voz o buscar reseñas en YouTube. Hoy, el consumidor quiere respuestas contextuales, visuales y conversacionales.
“Solo el 1% de los puntos de contacto realmente cierran la venta. Pero el 99% influye en ella.”
Un scroll sin clic puede valer más que un formulario lleno.
4. Shopping: comprar es un momento, no un destino
La compra ocurre cuando menos lo esperas: durante un scroll, dentro de una historia o por una recomendación contextual. Plataformas como TikTok Shop, Instagram Checkout y Facebook Marketplace lo demuestran.
Hoy, comprar es parte del flujo de contenido. Es emocional, inmediato y muchas veces impulsivo.
¿Qué deben hacer las marcas ahora?
- Dejar de perseguir clics aislados: Medir éxito solo por conversiones inmediatas es como valorar una película solo por su final.
- Orquestar experiencias: Diseñar múltiples caminos de entrada y salida, sabiendo que el usuario entra por donde quiere y se va cuando lo decide.
- Personalizar a escala: Usar IA y datos en tiempo real para hablarle a cada segmento con contenido relevante, en el momento justo.
Ejemplo aplicado: ¿y si vendes pintura?
Imagina que tienes una comercializadora de pinturas en Tepic. Durante años, tus esfuerzos se centraban en tener un buen catálogo, un distribuidor responsable y un anuncio en radio o periódico. Hoy, eso no basta. El cliente ya no camina a tu tienda porque la vio pintada de colores brillantes: ahora te descubre desde su celular, sin buscarte directamente.
- Streaming: Aparece en YouTube con un mini tutorial de “cómo pintar una pared de concreto sin brochas caras”, usando tus productos.
- Scrolling: Crea reels en Instagram o TikTok mostrando antes y después de una aplicación de pintura en fachadas locales, con un audio viral.
- Searching: Optimiza tu ficha de Google Business para que cuando alguien escriba “pintura exterior mate Tepic”, tú aparezcas. Incluye reseñas de clientes reales con fotos.
- Shopping: Usa WhatsApp Business con catálogo activo. En cada video o publicación, pon “pídelo directo por WhatsApp” y un botón clickeable.
Esto no es futurismo. Es lo que ya está haciendo tu cliente ideal mientras decide si compra pintura... o si contrata a alguien más que ya la incluye.
“No es un embudo. Es un ecosistema donde cada contacto, cada búsqueda, cada story influye en lo que el consumidor decide.”
Ejemplo real: ¿cómo compramos en 2025?
Fernanda, arquitecta de Tepic, ve una lámpara en un video de YouTube. Horas después, la encuentra en Instagram. Pregunta en ChatGPT dónde comprarla. La compra en TikTok Shop.
- Descubrió en streaming, se enganchó en scrolling, verificó en searching y compró en shopping.

¿Y ahora qué?
El embudo ya no sirve. Lo que hay es una red: caótica, emocional y continua.
¿Y cómo se mide todo esto?
El marketing ya no se mide solo por ventas o clics. Se mide por influencia. Se mide por influencia. Eso incluye todo lo que acerca al cliente a una decisión, aunque no lo lleve directo a la compra.
- Engagement real: tiempo de visualización, interacciones, shares o guardados.
- Señales de intención: búsquedas relacionadas, visitas a ficha de producto, uso de palabras clave similares en plataformas distintas.
- Participación distribuida: si tus videos, anuncios y respuestas están presentes en diferentes momentos, eso también genera ROI acumulativo.
No es solo el último clic el que importa. Es todo lo que pasa antes y que tú puedes influir, si sabes dónde estar.
No se trata de visibilidad, sino de resonancia.
Hoy gana quien se adapta al comportamiento, no quien insiste en guiarlo. Las marcas que entiendan cómo piensa y siente su consumidor en cada scroll, búsqueda o impulso, serán las que lideren.
En Holográfico, trabajamos para convertir ese caos digital en oportunidades reales de conexión y venta.
Basado en el artículo Move Beyond the Linear Funnel publicado por Boston Consulting Group.