Cómo el diseño transforma sociedades
Está de más decir que el diseño está presente en todos nuestros espacios porque definitivamente podemos notarlo, pero remontémonos un poco a sus inicios para poder entender su trasfondo y repercusión social.
El surgimiento del diseño
El diseño gráfico surgió con la revolución industrial y tecnológica, los avances en las comunicaciones y en las industrias dieron paso a la producción y comercialización masiva de productos y con ellos la guerra por la preferencia del consumidor.
Biológicamente la imagen es inseparable en nuestra percepción de la estética, la visión nos ofrece la posibilidad de identificar lo que nos gusta y lo que no nos gusta desde un sentido objetivo. Desde la era Paleolítica nuestros ancestros jugaban con las comunicaciones gráficas con propósitos específicos en las pinturas rupestres y en el nacimiento del lenguaje escrito en el tercer milenio a. C. La cosa está en que no fue hasta mediados del siglo XIX cuando comenzamos a lucrar con ello.
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La gran transformación
Los primeros diseños de la historia estaban directamente influenciados por el arte y la pintura. El diseño ha evolucionado tanto como nosotros, debido a que está cargado de necesidades, expectativas, problemáticas sociales y políticas, entre algunas otras características de peso, por lo tanto, es comprensible asumir que por el siglo XIX era ya un factor persuasivo ideológico para la sociedad.
Un ejemplo es el famoso caso de Coca-Cola, se sabe que se les atribuye la invención de Santa Claus y de la Navidad como la conocemos hoy, aunque esto no sea del todo cierto. La realidad es que reinventaron la leyenda antigua de Papá Noel mediante una imagen atractiva, cargada de color y tradiciones.
Esta simple transformación del diseño de un personaje mitológico, junto con la campaña publicitaria lanzada por la empresa, logró revolucionar la industria del consumo y popularizar una tradición antes fragmentada.
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La publicidad y las agencias
En la lucha por vender, la publicidad comenzó a provocar necesidades antes inexistentes para poder aliviarlas. Llegamos al punto en que los problemas de la vida cotidiana se resuelven en actos de compra, por lo tanto, una persona en 2019 tiene más necesidades que una persona en el año 1800.
Ahora, para poder vender estas necesidades que en nuestra sociedad de consumo son reales, nos es indispensable recurrir a las agencias de publicidad. Estos espacios que recopilan todos los aspectos del diseño, el arte, lo visual, lo auditivo, lo estratégico, lo tecnológico y lo digital para poder vender una publicidad de 360 grados, presente en todas las plataformas, espacios y medios disponibles.
¿Qué haríamos sin nuestro actual modelo de consumo?
Ya que establecimos una forma de vida a base de necesidades (impuestas), diseño y publicidad, no nos resultaría fácil cambiar de modelo de consumo. César González y Raúl Torres en el libro Diseño & Consumo dicen que el individuo está solo y necesita quien se ocupe de él, necesita el sentimiento de participación activa dentro de la pirámide. Las ciudades fabrican ciudadanos perfectamente sincronizados con su actividad. El modelo actual ha permitido el desarrollo de las ciudades a como las conocemos, probablemente si nuestro modelo desapareciera, además del caos productivo, no nos sentiríamos cómodos sin el poder que nos proporciona el tomar una decisión de compra como ciudadanos independientes.
